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Un marchenero, cuarto en el mundial de paratriatlón. Su madre rifó uno de sus cuadros para subvencionar el viaje a Australia. Quedó con esta discapacidad a raíz de un accidente de tráfico en 2005.
"Soy Rafael López Ordoñez y nací en Marchena, Sevilla. Trabajé como empresario agrícola y me gustaba mucho, hasta que tuve un accidente en octubre de 2005 y me quedé parapléjico". Éstas son las palabras con las que este triatleta parapléjico de 45 años recibe a los visitantes de su blog. El último capítulo de su biografía reciente tiene como escenario la ciudad australiana de Gold Coast, donde ha conseguido el cuarto puesto en el Campeonato del Mundo en la especialidad de Paratriatlón.
Tras un accidente en moto en el que perdió la movilidad en las piernas, lejos de hundirse, Rafael se propuso rehacer su vida y retomar algunas de sus aficiones. En ese momentó arrancó una carrera de obstáculos para llegar a convertirse en un deportista de élite.
El paratriatlón consiste en una prueba de 1,5 kilómetros a nado, 40 kilómetros en bicicleta de mano y 10 kilómetros corriendo con la silla de atletismo, a cuyo término Rafael se alzó con el cuarto puesto. Su palmarés refleja un ejemplo vivo de superación personal.
"Desde siempre le ha gustado el deporte y había corrido varias maratones como aficionado", asegura su madre, Julia Ordóñez.
Rehabilitación
Por esta razón, cuando el accidente truncó su vida, Rafael se propuso dedicarse al deporte de forma profesional. «Es muy cabezota.Quería ser atleta y hasta que no lo ha conseguido no ha parado», indica su madre. «Tuve la cabeza fría y sabía que no podía seguir en el campo, así que no me supuso ningún trauma dedicar mi vida al deporte», continúa Rafael.
Rafael López pasó seis meses de rehabilitación en el hospital, y a los tres meses de su salida, hizo su primera media maratón en Marchena, donde, según cuenta, era el único participante en silla de ruedas.
A partir de entonces, siguió entrenando y ya ha conseguido varias medallas en diferentes competiciones, entre las que destacan el Campeonato de Europa de Triatlón celebrado en Holanda o el de Londres.
Esfuerzo económico
Pero llegar hasta aquí ha supuesto, además de un gran esfuerzo físico, un esfuerzo económico. «Al principio no tenía patrocinador y se tenía que pagar él mismo todos los desplazamientos, algo que era muy costoso», asegura su madre.
No obstante, ha encontrado una manera ingeniosa de contribuir poniendo su afición por la pintura al servicio de la pasión por el deporte de su hijo, y dedicando el dinero recogido con el sorteo de uno de sus cuadros a financiar alguno de los desplazamientos. Además, este año también ha conseguido el patrocinio de John Deere, la empresa de tractores con la que ha trabajado más de veinte años en sus tareas agrícolas.
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